La tortura es uno de los más grandes abusos en contra de los Derechos Humanos. Sin embago, hoy en día más de la mitad de los países del mundo la siguen aplicando.

\r\nLa Declaración de Derechos Humanos en su artículo 5 expresa que nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos y degrandates.
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\r\nGenerar solidaridad hacía las víctimas y sus familiares, así como favorecer su tratamiento y rehabilitación. Estos son los objetivos del Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 12 de diciembre de 1997, y tan vigente como entonces bien entrado el siglo XXI.
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\r\nAunque el derecho internacional cataloga como crimen la tortura, lo cierto es que, la mayoría de las veces, cometer abusos en este sentido resulta muy barato.
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\r\nEl Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura ha de servir para recordarle a la sociedad que ninguna forma de abuso está justificada, ni siquiera las que se llevan a cabo en nombre del interés común. No sirven las detenciones contra presuntos casos de amenaza terrorista. Ni los excesos policiales contra revueltas sociales. Ni tampoco otros sucesos similares.
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\r\nMás que un derecho, condenar cualquier forma de tortura es una obligación ciudadana. Un punto de partida si no para su erradicación, sí al menos para su reducción. La práctica sistemática y generalizada de la tortura constituye un crimen contra la humanidad.
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\r\n¿Sabías que…?
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\r\nEn el año 2010, Amnistía Internacional documentó casos específicos de tortura en 98 países, si bien esta práctica es generalizada en todas las regiones del mundo.

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